Первая ночь: Убывающая Луна.

Alce la vista observando con lentitud las pareces rocosas a mí alrededor, la humedad se podía sentir en el aire, y el ambiente era frio, húmedamente frio, lo cual hacia que el aire fuese ligeramente pesado pero que al mismo tiempo provocase una sensación agradable de misterio en todo el lugar. Esboce una sonrisa mientras me incorporaba, dejando atrás mi anterior posición apoyado contra una de las murallas de la caverna, acomodándome la gabardina, sacudiéndola ligeramente mientras recorría la zona a el rededor, con una sonrisa fría y eterna en mi rostro.

Yo no vivía aquí, este no era mi refugio, este era nada mas y nada menos mi lugar de… ”Relajación”, el lugar donde podía acabar con los de “mi” raza, un lugar donde podía reunirme en una extravagante fraternidad de Cazadores, el lugar en donde los vampiros temían entrar aun así estaban siendo acosados por el amanecer: Mi “sala” de torturas. Una cueva subterránea que tenía varios metros, la cual me permitía tener varias zonas…estando actualmente en la última, en aquella donde yo simplemente me divertía. Un lugar que mis compañeros cazadores a través de los siglos nunca habían visto. No…ellos solamente se limitaban a estar en la parte “delantera”, en la zona destinada para la reunión y el planeamiento de cazas, era cierto que el Ruso muchas veces cazaba a sus presas solo…pero habían veces en que la compañía mortal de un humano era agradable, mas aun cuando estos juegos de sufrir alguna mordida de parte de las razas dominantes le pidiese…”misericordia”. Para muchos tal vez, el matar a sus propios compañeros puede sonar tétrico, para el…era un echo mas de el oficio.

Ladeo el rostro, haciendo crujir levemente su cuello mientras avanzaba, mirando hacia el techo de la cueva, el cual en esta zona por lo menos, tenía un orificio por donde entraba la luz de la noche. Mientras se sacaba su gabardina se dedico a apreciar el ambiente claramente conocido para el bajo la tenue luz lunar. Muchas maquinas y mesas se podían ver en el lugar, recipientes con plata liquida y con distintas jeringuillas alrededor imponían sobre una mesa de tonalidad plateada. En otros mesones se resguardaban distintas armas, y un par de sillas estaban directamente bajo el halo de luz lunar con un potente olor a ajo proveniente de la cuerina que las formaba, claramente puestas allí para que la luz solar también les diese de lleno durante el día. En otra esquina, muy cercana a las sillas ya mencionadas se podía ver un estante con líquido transparente embotellado, aparentemente agua, pero la cruz en el envase indicaba cuales eran sus propiedades; y al lado de esta, un par de ajos.

-mm…Мне не хватает чеснока. (no tengo suficientes ajos…) .- murmuro mientras bostezaba ligeramente, tomando una botella de vodka de una despensa que destacaba en el lugar. Extrañamente y a pesar de todo la cueva se mostraba bastante limpia. – сестра…(hermana)-fue mi pensamiento automático mientras una sonrisa melancólica se posaba en mis labios por unos instantes, mi mirada volvió a vagar, esta vez deteniéndose en una chica de cabellos rubios que estaba recostada en el suelo de la caverna, con unos grilletes hechos de plata en sus muñecas, las cuales tenían un pequeño trozo de cuero a el rededor para que esta no se quemara directamente pero si pudiese percibir el dolor y la molestia de el escozor. Dichos grilletes estaban colocados en la muralla, mientras que el cuerpo “inerte” de la joven descansaba en el suelo, cubierta con un par de mantas y bastante cerca de lo que parecía ser un foso “común”, oh si…el foso sin aparente fin donde se depositaban aquellos cuerpos ya sin vida. El ruso ladeo el rostro y se acerco, con la botella de vodka en la mano, bebiendo lentamente de esta mientras observaba el rostro de la “cachorra”, con una simple pregunta inundando su mente; “Por que, la deje vivir?”.

Realmente no tenia una razón en concreto, ni siquiera había logrado delucidir el por que. Tome un pequeño banquillo de madera que estaba cerca, sentándome en el y observando a la muchacha mientras bebía de el ansiado licor. Sabiendo que si esta se despertaba y se trataba de mover, el cuero que le recubría como segunda piel sus muñecas caerían. Ademas, el daño provocado sobre ella por el general invierno no perdería sus efectos al menos por unos cuantos días, a pesar de que un humano normal ya estuviese muerto por esa "Ventisca".

La rubia permanecía en un sueño recuperador, sin ser interrumpido por aquel olor ni por la presencia ajena, que en otros instante ya la tendría debajo siendo atacado (claro, siendo su casa igualmente). Su cuerpo carecía movilidad, apenas respiraba siendo notada.

Por sus sueños pasaron cosas, muchas cosas. Pero loque parecía permanente era ese cálido recuerdo de "noches soleadas" y días bajo sombrillas para evitar que el sol quemara aquella piel. Quizás esas cosas hacían que el calor volviera rápido a sucuerpo y tornara color a sus mejillas. Rápidamente hasta para alguien de su raza el calor y la vida volvieron a su cuerpo, logrando despertar de a poco, con los sentidos nublados y carentes de esa agudeza característica de ella. Sus ojos veían nublado y su cuerpo dolía, d a poco levantó el cuerpo, moviendo el cuello que tronaba con horror y sus ojos se cerraban con fuerza, para volver a abrirse.- You? -Cuestionó mirando al enorme cuerpo, desconcertada y sin saber dónde estaba Completamente desorientada. Mas sólo unos segundos transcurrieron para poder recuperar la audición y la visión correcta junto con ese olfato tan fino.- Bullshit -dijo mientras escondía su nariz en sí misma al estornudar. Mucha plata, mucha y ese olor horrendo que hacía de sus propios sentidos ser un defecto tremendo antes que un beneficio.

Esa mierda de olor a muerte, putrefacción, cadáveres y al ruso. Estaba algo irritada, pero no necesitaba ver para saber en qué estaban sus muñecas. La naríz ya le había advertido.- What do you want for me?! -le rugió, moviendo la cabeza- Me dejas libre, pero me traes aquí.. No sé si.. if you want me for "this" -dijo mirando a todos lados, esas cosas horrendas que no le provocaban el miedo que cualquiera espera producir o sentiría.- No creo que me tortures, right? Ya lo habrías echo..

Pensó unos segundos, pocas eran las ideas que se le venían y planes tan magníficos como para huír de ahí con genialidad y de forma asombrosa, pero pensar el porqué él la quería la hacía temblar un poco, le daba simple escalofríos. Quizás que morbo tenía él con ella, pero no se dejaría si es que la quería lastimar. ¿Y si no la quería lastimar? ... Oh hell, eso sería raro.- ¿Qué quieres de mi? -Le miró con esos hermosos ojos azules que atraían miradas y sentimientos.- ¿Por qué me dejaste vivir?

¿Por qué? Si lo había hecho, ahora no se detendría a matarla, de eso creía estar segura...