Tras la luz de la luna, serenata de hadas [ Libre. ]

Era una noche bastante tranquila, y como era de su costumbre muy silenciosa y nublada, justo como le gustaba, así que al no tener nada que hacer, se puso su vestido azul oscuro y llevó su sombrilla, no sería raro que una extraña lluvia apareciera así que prefería prevenir y aparte de eso, la clase siempre era lo primordial y un paraguas elegante siempre daba una imagen muy "especial".

Se llevó consigo también un bolso de mano, y en el metió un libro el cual seguramente leería, y se fue a la laguna, no era la primera vez que iba, pero si una de tantas, ya que la laguna era un sitio relajado y en el que podía pasar un rato agradable, fuera de las demás cosas y de lo trivial, nadie iba de noche cosa que era una gran suerte para ella, ya que solo ella podía observar a las luciérnagas en los arboles, y como la luz de la luna reflejaba en el agua, simplemente era hermoso.

Después de unos minutos y de la larga caminata que dio para poder llegar al lado, se detuvo unos momentos a observar todo, todo tan hermoso como siempre, hasta se podían observar como criaturas de la noche paseaban por la orilla del agua, y como las hadas salían de sus madrigueras solo para jugar con las luciérnagas, espectáculo que solo ella podía ver. Con mucho cuidado dejó un pañuelo en césped, y se sentó sobre él, usando el árbol para apoyarse, cosa que le dio una comodidad un poco dudable pero a final de cuentas era solo por un rato.

- Demonios... -susurró, mejor hubiera sido traer su violín y así dar una serenata a la luna, podía pasar un rato más agradable, pero ahora le daba pereza ir a devolverse y buscarlo, tal vez un hechizo de tele transportación serviría más tarde, pero tendría que recordar donde estaría su violín. –