Una tarde de compras para chicas (?) (Privado Astlyr)

Llevaba observándola un tiempo, fijándose en cada detalle minucioso de la bruja y escudriñándola con la mirada desde las sombras, dejando siempre cierta distancia.

Edith necesitaba una bruja y la joven rubia que ahora estaba paseando por el mercado había sido desde hacía semanas su mejor opción. A decir verdad la chiquilla ni le gustaba ni le disgustaba...simplemente era un "mal" necesario. Un mal al que había que estudiar antes de hacer un acercamiento.
Pero aún con eso, le jodía pensar que no tenía nada con lo que chantajearla: parecía que a noruega no tenía demasiadas personas allegadas y tampoco hobbies ni nada que llamase su atención en especial y.... eso la hacía más peligrosa ya que no tenía "debilidades emocionales"...a menos a simple vista.

No obstante la holandesa no era una chica cualquiera y eso sin duda no la echaría para atrás a la hora de haberse decidido. Su maestro se lo había repetido durante toda su vida: "terca como una mula". La frase le resbalaba bastante, aunque admitía que era una verdad como un templo.
Pero eso no era lo que importaba ahora, lo primordial era acercarse a la brujita. Lo demás lo improvisaría sobre la marcha.

Con eso en mente dio grandes zancadas hasta donde estaba la rubia más menuda y dio un par de toques en su hombro.

-Hey, tengo una propuesta para ti. Y no, nada sexual. Ya me han hecho esa broma varias veces -sacó una pipa de su capa oscura y la encendió, dando una calada- no es graciosa -tras exhalar el humo prosiguió- ¿estás interesada o no?

Era un día totalmente normal para ella, había ido al mercado por un par de cosas especiales para unos hechizos que intentaba hacer y con dificultad lograba que salieran, ya desde ese punto se encontraba de muy pocos ánimos pero lo que terminaba de irritarla era como un día tan normal se había convertido en un día "especial" o eso parecía al ver tanta gente en las calles comprando.

Podía decir que nada pudo ser peor solo hasta que sintió que tocaban su hombro, seguramente uno de esos hombres que venían a venderle más mercancía que no le interesaba, pero no fue así, era una mujer, muy alta a decir verdad y bastante "dotada" a comparación de sí misma, pero eso no fue lo que más le sorprendió, si no la forma en que "pidió" lo que quería.

Por una parte se sintió aliviada de que cualquier suposición de querer relaciones fue descartada, aunque no fue algo que le preocupara a primera impresión, aunque si era bueno que lo dijera de una vez y así no causar malentendidos.

Se dialogó mentalmente si aceptar su propuesta aunque no sabía que era, algo le daba a pensar que no era un "humano cualquiera" y eso lo podía notar en su forma de hablar y porque sus instintos de por si le pedían alejarse, pero al no ver malas intenciones solo asintió, mirando a aquella mujer con ojos fijos e inexpresivos, lo cual era muy común en ella.

- Acepto tu propuesta, pero tendrás que permitirme que termine de conseguir ciertos objetos, ya que para eso he venido aquí... -Al decir esto, se dio la vuelta y tomó alguna que otra cosa que veía necesario, no se demoraría mucho, o al menos eso quería para alejarse de tanta gente extraña y "mortal".

Se encogió de hombros y miró a la rubia, bastante más bajita y pequeña que ella, y aunque su rostro no lo demostrara, ya que seguía teniendo aquella mueca molesta con la que se había acercado a Astlyr en primer lugar.

-Bien, entonces seguiremos tu rutina de compras; ¿qué más tienes que mirar en el mercado entonces?– con aquellas palabras continuó el camino que marcaba la noruega, caminando un par de pasos más atrás a pesar de tener las piernas bastante más largas.

A medida que sus pasos recorrían más y más el alegre mercado la holandesa fumaba de su pipa de forma despreocupada. A decir verdad tampoco tenía prisa y el hechizo podía esperar ….una tarde. No tenía toda la paciencia del mundo pero igualmente tampoco iba a instar a la otra a que agilizase el proceso; aunque tal vez debió hacerlo.

-Si quieres puedo invitarte a algo de beber; al final del mercado hay un bar y podemos hablar. Es más conveniente que tratar el tema aquí- y dio otra calada; por Dios, adoraba el sabor del tabaco aunque se arruinase comprando aquellas plantas -por otro lado, al café o lo que sea…te invito; pero estas compras corren de tu cuenta, excepto que necesites comprar algo para nuestro negocio. En ese caso los extras irán a mi costa.